Eva oríginis

Aquí estoy yo, desnudo ante todo este paisaje desconocido, como el primer hombre de la tierra mirando a la luna. Solo, como un niño lleno de preguntas, vacío de respuestas; lo único verdadero es que estoy frente a un camino que quizás no existe, pero que todas aquellas sombras que se mueven reptando a mi alrededor asumen sin discutir y de distintas formas, alegres, conformistas, vacíos, miedosos, tristes e indiferentes; todas son iguales, no llevan la mirada distinta, ni la señal que les identifica para mi. ¿Qué hacer?, sólo hay tres alternativas: seguirles como oveja, guiarles como pastor; o seguir solo por este laberinto.

Cuando llegué aquí, una voz muy antigua decía que todo sería fácil, sólo había tres colores; el bien y el mal; la felicidad y la tristeza. Pero no era tan simple; color contra color forma un nuevo color; el bien está siempre muy cerca del mal y quizás sean los extremos de una misma cuerda, y la tristeza es la ausencia de felicidad...mientras que la felicidad no era solamente la ausencia de tristeza...sino algo más.

A pesar de ello, seguí siendo puro con la señal en mi frente de uno en mil millones de seres, sin origen, sin principio, sin fin ni destino, excepto como única pertenencia para este viaje, la capacidad de crear y cambiar todo a mi alrededor incluso a mí mismo... pero sigo desnudo...observando, no sé por qué razón, siempre hacia el mismo cielo negro.

Allí estás tú, tan desnuda como yo, tan sola como yo, tan asombrada ante el techo negro lleno de luces, tan igual, pero tan diferente a como yo...no me has visto aún y te confundes ante las alternativas, dudando como yo; buscas la señal en la frente de cada uno de los de la multitud, no la de Caín, como la que algunos llevan, sino la otra, la primera, la que no se ve ni se reconoce con los ojos, la innombrable...

Aún no me has visto.

La voz antigua ya no habló cuando llegaste, te observo...eres tan profunda e intocable como la pareja del alquimista, comprendes lo de los colores, lo del bien y el mal, y te confunde lo de la felicidad y la tristeza; agua, fuego, tierra, aire conforman tu silueta y tu presencia densa alborota todo a tu alrededor; observas todo con gran curiosidad y prudencia, desconfías de todo, miras a los indiferentes, a los tristes, a los alegres, a los vacíos a los duros y a los blandos, las rocas obscuras, la luna obscura, tu cuerpo, y no te quedas al fin con nadie y no te quedas al fin con nada.

Ellos se van, en medio de esta noche, son como sombras sin rumbo, tropiezan, caen y nuevamente se levantan maldiciendo en un lenguaje extraño, gimen y ríen, sollozan y golpean con impotencia los muros de este silencioso y oscuro valle de lágrimas, van en busca de su destino... ellos lo tienen, nosotros no lo sabremos hasta que hayamos dejado de existir...pues nuestras respuestas no serán contestadas para nosotros aquí.

Te has quedado sola como yo, no me has visto, pero estamos frente a frente, tú de espaldas a mí; yo curioso te observo; sin verme aún, miras hacia arriba buscando algo indefinible, ves las luces en el cielo, la señal de tu frente se ilumina lenta y tenuemente...te observo; sigues siendo pura y sin origen, sin principio con tu señal, sin fin y sin destino con la misma capacidad de trastocar todo como yo, perfecta, lo sé ... lo percibo ... lo capto.

Te vuelves

Lentamente.

Me has descubierto, la luz de tu frente se hace a cada instante más intensa, paralizas tu mirada en mi mirada, me observas, te observo...miras mi señal...tu señal se ilumina cada vez más tornándose de luz amarilla pálida en blanca evanescente... hieres mis ojos...me confundo ante mi soledad tan corta.

Estamos solos, te acercas despacio, muy despacio, sin dejar de mirarme y te detienes cerca de mí, frente a frente, esta vez cara a cara, siento que mi pecho va a estallar de un momento a otro...ya no tengo preguntas, pero tampoco tengo respuestas; el camino continúa allí, la luna obscura, el cielo negro...tu silueta es luminosa.

Me observas entero, con desconfianza apaciblemente controlada, de pies a cabeza, despacio, me digieres cuidadosamente, observas mi frente y mi señal en la frente es idéntica a tu señal en la frente, el color de tu mirada se clava en mi mirada me pertelas hasta la médula de los huesos...lees dentro de mí con facilidad genética todos mis códigos y secretos sin excepción alguna...esperas un poco dudosa y te acercas más...ahora tu aura muestra confianza y te relajas.

Esta noche nos acompaña, solos uno frente al otro, muy cerca; al leerla, tu mente me entrega un torbellino luminoso de ideas y pensamientos...como yo , has viajado por siglos desde el origen, con sólo la misión de encontrarme entre mil millones de seres vivos, en una tierra de sombras y de nadie, sola, solos, has tenido que buscar y ver demasiado...parece demasiado irreal, pero nada es como pensamos que es, todo tiene su ritmo y su tiempo totalmente independiente de nosotros... me has encontrado...nos hemos hallado... aquí estamos.

Tomas mi mano y te extraña la sensación de sentirme, es la primera vez desde que eras espíritu que tocas una piel que ha sido eternamente tuya en otras edades...en otros mundos, tu piel compañera, la piel de tu pareja de siglos que es totalmente distinta a las otras pieles de otros tiempos, edades y mundos que pudiste haber tocado mientras me buscabas, tu mano me toca, sube acariciante hasta mi pecho, tu rostro se complace ahora, no dejas de mirar mis ojos ni por un breve instante...un calor extraño comienza a invadir mi interior y mi cerebro es una tormenta sin control de sensaciones que en este mundo desconozco...tu mano sin dejar de tocarme me susurra una vieja historia de encuentros subliminales, antiquísimos, de esos que existen, pero que no son, de aquellos que eran pero que no están...ahora sube por mi cuello palpa mis ojos, mi rostro, mi pelo, mis orejas, mi nariz, baja despacio como en una aria, por mis hombros...suave...lento,te acercas más, casi se tocan nuestros rostros, como dos niños recién nacidos nuestras sensaciones aceleran el ritmo de nuestros corazones, explosivamente... te miro interrogante, tu mano baja por mi codo y toma mi mano, la levantas y la pones en tu pecho desnudo pidiéndome con la mente que te reconozca como tú lo haces...mis piernas se debilitan ante la sensación de algo que no conozco, algo contradictoriamente aterrador y placentero. De pronto me abrazas, me apretas y ya no cesas de tocarme entero...mis caderas mi vientre...bajas...más...y más...y más...bajas y algo en mi quiere escapar...pero estoy preso...tu respiración se acelera, cierras tus ojos...te humedeces...mientras me besas suavemente y despacio en los labios, siento tu corazón como una paloma prisionera que va a escapar dentro de un momento...que va a estallar con el mío...me olfateas...te olfateo, estamos abrazados, somos uno siendo dos...dos son dos bajo un cielo negro de presagios milenarios...dos son uno en una tierra de sombras...me lames el cuello bajas despacio me lames el pecho...el vientre sigues bajando, nuestra respiración es fuerte y acelerada comienzo a sentir un vacío en mi vientre...me excito...me levanto...me tocas con tus manos tan incansables como pájaros de fuego, me acaricias y descubro desnudo ante mí que ya no existen secretos en nuestros cuerpos para el otro...que todo está bien, que así debe ser, que es lo que busqué por los siglos de los siglos...galaxia tras galaxia...realidad tras realidad, tomo la iniciativa y comienzo a mordisquear suave y despacio, primero tus orejas...las lamo...lamo tu cuello y también lo muerdo excitantemente suave...muerdo tus hombros me detengo largo rato en tus senos...y cuando succiono tus fuertes pezones siento tu humedad...mis dedos se enredan en tu pubis provocándote un espasmo al rozar tu flor dormida...mi otra mano se desliza por tu espalda y se detiene en tus nalgas frescas, duras, comienzas a agitarte te tornas muy ardiente, fuerte apasionada...te entregas entera...te recibo entera, ambos nos abandonamos al placer mientras la tierra en sombras se detiene y silencia todos sus sonidos observándonos callada.

Entonces te apartas de mi lenta, pones tus manos en mis hombros y me obligas a tenderme sobre la hierba obscura y suave...yazgo sobre este suelo, ¡¡ vedme oh dioses !! no tengo control ante la hipnotizante ansia...sin dejar de lamer y besarme comienzas a morderme tiernamente primero y salvajemente después, fuerte, apasionada...jadeas, comienzas a gemir...una vez yo en la tierra tú te recuestas sobre mí cuán larga eres y entre besos y caricias ardientes...separas tus piernas...te levantas despacio y lenta tomas mis manos...las pones sobre tus nalgas y me enseñas a acariciarte a descubrirte a recorrerte, a explorarte...terminas de separar tus piernas húmedas...levantas tu espalda y te echas hacia atrás muy despacio...gimes de placer...tu corazón va a explotar...tu mano busca mi espada...la apreta...el placer me invade...vuelves a gemir esta vez un poco más alto, estás mojada terriblemente, tu mano me encuentra ...me encamina...levantas tus caderas y te dejas caer despacio, lentamente sobre mi... me vas a montar...me estás montando...me has montado profunda y totalmente, despacio, gimes nuevamente cada vez más rápido...entro en ti despacio...tú me guías...te penetro...despacio, suave, tu rostro cierra los ojos y sonríe lejano...ausente...intento leer tu mente pero está llena de sensaciones que desconozco y desconoces, nos abandonamos al gusto desconocido uno en brazos del otro. Comienzas ahora a cabalgarme...segura...fuerte, pero suavemente pierdes el control de tus sentidos y comienzas a hundirte en un océano de sueños acelerando poco a poco tu ritmo, yo ya casi no existo no estoy en mí..subes...bajas...te adelantas...te atrasas...gimes cada vez con más fuerza yo gimo recién ahora al ver tu rostro ausentemente transformado y tranquilo, te aceleras y te vuelves loca galopándome...ya no hay control ambos gemimos como dos fieras y nos movemos agitados, locos, vertiginosamente fuertemente... segundos...minutos...momentos...horas tal vez, siglos pasan y nos amamos como nadie en el mundo de las sombras.

De pronto algo extraño te ocurre en el rostro...mientras continúas galopándome con voluptuosa fuerza de animal...la señal de tu rostro se apaga bruscamente...tus ojos se tornan blancos...tus gemidos se convierten en gritos de placer intenso...comienzas a rasguñar mi pecho...lasciva...voluptuosa y tu ritmo de cabalgata se transforma en un huracán violentísimo, me cabalgas...galopas rápido y con violencia gritas...tu rostro cambia rápidamente, cierras los ojos y todo él se transforma en una luz blanca mientras tus facciones casi se pierden en la luminosidad, tu rostro es una antorcha incandescente...tu rostro es el faro de los marineros que aun no existen, pero luchan y aman con sus sirenas, gritas...rasguñas...te mueves como una poseída, arañas mi cuerpo, tu cabalgata se torna peligrosamente rápida y violenta, de pronto...estallas en un grito que despierta fantasmas ligeros y antiguos...un grito enorme y desgarrador un grito sin control, penetrante...no disminuyes nunca tu galope...continúas gritando y moviéndote te inclinas sobre mí y muerdes mi rostro salado, mis labios salados, mi cuello...como una fiera en este lecho, tu galope continúa violento y me lleva del espíritu a un sitio lleno de luz...un calor sube por mi vientre...algo viene por mi para llevarme, lejos por pasadizos luminosos...fosforoscentes...infinitos...tengo espasmos en todo mi cuerpo, como cuando mi espíritu lo abandona, algo abrasa...mi vientre, no puedo más y un grito como una lanza atraviesa mi garganta de lado a lado...me desbordo completo...tibio, húmedo dentro de tí...mojado por ti y por mí, dentro de tu vientre comienza a navegar la semilla milenaria de nuestra raza y su señal...tiemblo sin control...no puedo más...no sé quien soy...estoy a megakilómetros luz de este sitio, de la luna obscura...en un espasmo final el último derrame...la última gota estalla dentro de ti.

Caes suavemente sobre mi pecho...jadeante y transpirada...abandonas, tus ojos cerrados no ven que tu rostro baja dulcemente la intensidad de su luz, aún gimes...pero esta vez tus gemidos son suaves y ronroneantes como una felina...me lames el cuello...la cara y desfalleces sobre mí...duermes...

Silencio.

Paz.

Nada existe...

el universo entero y omnisciente gira a nuestro alrededor...yo estoy inconsciente...tú estás inconsciente...

Un siglo después aún es noche sobre este mundo...aún estás sobre mí como muerta, aún estoy dentro de ti, pero estás tibia, despiertas lentamente ronroneas...abres bien tus ojos y me observas detenidamente desde arriba de mi cuerpo...la paz de tu cara me hace verte distinta...hablamos con nuestras miradas...cansados aún, luego de un rato te levantas y despegas de mi...te observas el vientre...me observas a mí...algo ha sucedido con el mundo, las sombras se destiñen y una claridad que antes no vi comienza a extenderse ante nuestros ojos satisfechos...yo no comprendo aún lo que ocurrió, ni lo que ahora ocurre; te sientas a mi lado, te levantas, me tiendes la mano, me levanto y con tus ojos me dices que te siga...me guías hacia una colina cercana desde donde se domina todo, se oyen lejanos gritos de euforia...es la multitud que festeja el fin de las sombras, pero ahora son millones, los observamos desde lo alto como festejan y ríen...la luz ha llegado y lo inunda todo a su paso...lo arrasa todo...despacio pero con fuerza.

Aquí estamos tú y yo tomados de la mano, hemos bajado al valle y nos hemos confundido con la masa...pero somos distintos a ellos aunque ansiemos ser iguales...nuestro estigma es diferente al de ellos, nuestra mirada es distinta a la de ellos...nos mezclamos, pero no nos unimos...algunos de ellos nos miran con curiosidad y uno que otro lleva una señal muy parecida a la nuestra en los ojos, nos alegramos de verle...pero nos damos cuenta pronto de que todo era una simple ilusión, la emoción desaparece, volvemos a lo nuestro y pasamos desapercibidos entre tanta actividad.

Aquí estamos tú yo...simples, pero especiales...abandonados, pero divinos, con un camino desconocido por comenzar a recorrer, con nuestra misión de crecer y ayudar a crecer a quienes se nos acerquen.

Por un momento dejamos atrás a la multitud.

Aquí estamos tú y yo dos mil millones de años después bajo este cielo sin origen y sin final, sin cadenas ni escudos, sin historia ni presente, aquí estamos solos y desnudos en la penumbra con nuestras miradas limpias, con nuestras manos vacías y nuevas pero llenas de fuerza.

Nos hemos ya encontrado.

No es necesario seguir buscando solos, nada más es necesario, nadie más es necesario, ya no es necesario buscar sin buscar, aunque lo intentemos desesperadamente...aunque creamos seriamente haberlo conseguido, haberlo hallado...después de nosotros...después de tí...después de mi...ya no hay nada.

Aquí finalmente estamos tú y yo, hay un camino completamente desconocido, pero que esta vez frente a nosotros sí existe, podemos tomarlo o podemos seguir buscando la utopía como un pájaro antiguo, como una flor inexistente e imaginaria...tenemos la libertad cada uno de escoger...o escogernos para siempre...pero una vez que decidamos, una vez que tú decidas, una vez que yo decida, ya no habrá regreso...pues aquí en el comienzo de este camino es donde termina lo que nunca comienza o comienza lo que debe comenzar...

En el mundo de las penumbras...entre el cielo y la tierra sólo existe un hombre para una única mujer, un silencio para sólo una nota, un color en una imagen, una semilla, una flor...si por alguna razón ambos no se encuentran en el espacio tiempo adecuados, o si por alguna razón, usando la libertad incondicional de la cual son portadores cada uno por naturaleza una vez que se han encontrado deciden separarse, ya nunca encontrarán la llave que buscan aquí, ya nunca más volverán a encontrarse y unirse en este segmento con la intensidad y real y hermosa sensación de lo correctamente conjugado, sólo un hombre...sólo una mujer...sólo una vez, sólo una oportunidad...sólo un mundo...un universo un espíritu...un cuerpo para cada ser, para cada espíritu.

El camino por delante debe ser tomado ahora...quemar las naves...

Sentarnos a esperar que el viento y el tiempo oscuro que regresa de su milenario viaje por el infinito nos traiga respuestas es inútil...ambos poseemos la flor desnuda de lo improbable...el mensaje...será entregado, la misión será cumplida el regreso a casa solamente será una vez que hayamos decidido vivir por nosotros, juntos o separados, la maravillosa oportunidad en un mundo lleno de contradicciones y dolores...el campo preciso para crecer y creer...el cielo indicado para volar...el espacio correcto para trascender, el abismo indicado para caer.

Nuestros ojos...narran viejas historias de guerras celestiales, de las cuales nosotros también fuimos un día parte importante e integrante. Tus manos y mis manos, de noche dialogan con el lenguaje inventado y creado por nuestras ansias de arrullo y placentero calor, tus labios y mis labios recorren todos los caminos que signifiquen conocer y aprender acerca de nuestros deseados y amados cuerpos, mientras tu cuerpo y mi cuerpo juegan un extraño juego que nadie nos enseñó...pero, que curiosamente sabemos que un día lejano, en algún lugar, también lejos de aquí, juntos aprendimos...

Aquí estamos...aquí está el mundo nuevo, sus estrellas, su océano...no preguntes nada, pues nada responderá...sólo sígueme un momento que yo también te seguiré después...

En realidad, en estricto rigor...sólo continuemos.

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